Ante ello el antifascismo tiene la obligación de responder con unidad y contundencia, disputando la validez social de cada una de las ideas que asientan el fascismo. Tenemos la necesidad de llevar a cada barrio y a cada pueblo; a cada centro de trabajo, de ocio o de estudio un mensaje de sentido común democrático que desmonte los prejuicios sobre los que se alza el odio fascista. Para luchar contra el fascismo necesitamos desmontar ideologías patrioteras, negar que la unidad nacional en lo territorial y en lo social sea la solución de todos los problemas. El antifascismo ha de hacer prevalecer la idea de que los intereses de los y las trabajadoras nunca están en el mismo sitio que los del patrón, que no es un pueblo o una cultura determinada quien te ataca sino un sistema económico y cultural; el capitalismo y el heteropatriarcado.
Los fascistas tratarán de desviar la atención, de nosotras depende que sepamos fijar los objetivos correctos.
Aragón Antifaixista
¡Ni racistas, ni homófobos, ni masclistas!
¡Fuera fascismo de nuestros barrios y pueblos!
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